Impuestos Autónomos

¡No puede ser! ¡Me he equivocado! Cualquiera puede pensar que si lo revisas bien no tienes porque equivocarte. Pero no. Puede ser de la forma más tonta. O puede ser que te des cuenta que has cometido un error importante y se ha te ha olvidado incluir algo, o el cálculo no está bien. La angustia que produce es tremenda.

Para arreglarlo depende de muchas cosas. Cuando conseguí anular el impuesto presentado por Intenet sentí un alivio que nunca se me olvidará.

Tenía la declaración presentada y todo iba bien. No lo tenía ni en la cabeza.

De repente sonó el teléfono, el cliente dice que no me ha contado un tema de una vivienda con lo cual la declaración está errónea. Hasta el punto de que el resultado es totalmente diferente, a favor de él. Tendría que pagar bastante menos.

Ese es el problema. Hacienda no permite presentar una declaración complementaria si el resultado es a tu favor. El plazo no ha vencido pero está a punto, no queda nada de días.

Primero hay que volver a hacerlo. Y luego el gran reto. Intentar anular la declaración porque la diferencia del importe del resultado era tan grande que para ellos suponía un problema pagarlo.

Si has presentando el impuesto por Internet no se puede anular pero sí corregir.

Como estaba presentada domiciliada si no lo conseguía acabaría cargándose en el banco automáticamente.

Y claro, presentar una segunda no se podía porque la página de Hacienda la rechaza como duplicada.

Hay que presentar un escrito explicando muy clarito el motivo de la solicitud de anulación y todos los datos que han variado de la primera declaración a la segunda.

Este escrito hay que meterlo por Registro en Hacienda cuanto antes. Dada la situación del importe tan grande que tenían que pagar, mejor no arriesgarse a llevarlo a Hacienda y esperar. Había que hacer algo más.

Después de revisarlo veinte veces llegó el día de ir a la Agencia Tributaria. Solicité antes la cita previa.

Lo más importante y lo fundamental es que no había pasado el plazo de finalización de domiciliación. Si hubiera pasado hubiera sido imposible.

Así que cuando pusieron la pegatina en el escrito me fui al departamento de Rentas. Allí les explique el error.

Pasearon la segunda declaración por todas las mesas. Iban de un lado a otro. Me hicieron esperar en otra sala. La angustia iba creciendo. Los minutos iban pasando. Al final vino alguien. Se quedaron con la segunda declaración y me dieron una copia sellada.

Cuando salí de allí me dieron ganas de gritar. Cuando llame al cliente me dio unas gracias que sabía que eran de corazón. Pagaron el importe correcto en el banco.

Hasta que no vi que cuando llegaba el día del vencimiento y no cargaban nada no pude suspirar de alivio. Me imaginaba en las peores pesadillas que después de haberlo pagado también se producía el cargo de la primera declaración errónea.

Esto fue un milagro. Lo normal es que Hacienda te diga que presentes una solicitud de ingresos indebidos. Es decir, que primero pagas, por muy alto que sea el importe y luego si no procede ya te lo devolverán.

 

¿Te has equivocado alguna vez al presentar un impuesto? ¿Lo has conseguido arreglar?

 Estoy deseando oírte, recibir tus comentarios, cuéntame

 

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