Hay conceptos que suenan muy parecido y que pueden dar cabida a errores. Algo así ocurre cuando hablamos del cierre contable y del cierre fiscal. ¿Qué es y qué diferencias existen entre ambos? ¡Descúbrelo!
Si eres autónomo o tienes una empresa, es importante que conozcas estos conceptos, porque te pueden ayudar a tomar mejores decisiones tu negocio.
En el caso de ser autónomo, no siempre es necesario, sobre todo si todo te lo lleva un asesor. Sin embargo, ojo, porque aunque hay personas que utilizan estos conceptos como si fueran sinónimos, la realidad es que no son lo mismo.
Cierre contable y cierre fiscal
El cierre fiscal es el proceso en el que las empresas elaboran y presentan el resultado de un ejercicio (un año completo). Para ello, se establecen las obligaciones tributarias y se presentan las declaraciones de impuestos que sean necesarios.
Durante el proceso de cierre fiscal se revisan y verifican todos los registros fiscales, la preparación de declaraciones de impuestos y la realización de cualquier otra actividad necesaria para cumplir con las obligaciones tributarias de la empresa.
En este proceso, lo que se hace es lo siguiente:
- Cerrar las cuentas de resultados
- Hacer los asientos contables
- Revisar las cuentas de ingresos, gastos y costes
- Elaborar ajustes en las cuentas
- Reclasificar las posibles deudas y créditos pendientes de cara al siguiente ejercicio contable
En el cierre fiscal también se realizan ajustes extra-contables como deducciones, diferencias en las amortizaciones, etc. Una serie de datos que permiten calcular con exactitud los impuestos a pagar al cierre del año fiscal. Normalmente, el objetivo es tratar de pagar lo mínimo posible, por lo que debe hacerse bien y con margen para así tener espacio para tomar buenas decisiones.
Por su parte, el cierre contable se refiere al cálculo del ejercicio contable, en el que se analizan y ajustan las cuentas anuales. Esto permite conocer las pérdidas o beneficios de la empresa. Como ves, ¡nada tiene que ver con el significado de cierre fiscal!
A diferencia de el cierre fiscal, en el cierre contable se revisan y verifican todos los registros contables, se preparan los estados financieros y se realizan los ajustes necesarios para conocer la situación financiera de la empresa.
Un autónomo que no tiene gastos más allá que el pago de la cuota, no tiene porqué realizar un cierre fiscal. Sin embargo, sí es interesante para quienes tienen gastos; gastos de oficina, suscripciones de software, gastos de personal, etc.
Para llevarlo a cabo, hay que recabar la siguiente documentación:
- Estados financieros
- Balance de comprobación
- Balance de cuenta de los bancos
- Informes de las nóminas
Aunque el ejercicio fiscal no tiene porqué coincidir con el año natural, abarca los 12 meses y se presenta en el primer trimestre del año siguiente.
El cierre contable se centra en la contabilidad interna de la empresa, mientras que el cierre fiscal se centra en las obligaciones tributarias de la empresa y en la presentación de declaraciones de impuestos.
¿Por qué cerrar la contabilidad lo antes posible?
Cerrar la contabilidad lo antes posible tiene una serie de implicaciones financieras, en el ámbito de la reducción de impuestos y en la toma de decisiones.
Al cerrar con suficiente margen podrás tomar mejores decisiones sobre los resultados y su aplicación. Asimismo, también tendrás más tiempo para poder estimar los impuestos que tendrás que pagar, tanto en el caso del IVA como del IRPF. Así podrás establecer acciones para tratar de pagar menos, como inversiones, compra de material, etc. Truquillos de los que siempre se echa mano
¿Te ha quedado alguna duda sobre el cierre contable y cierre fiscal? ¡Recuerda que puedo echarte un cable!